Desde sus orígenes, la política es una ciencia y un arte de muy alto nivel que busca el bien de una sociedad. Desde el arranque, el concepto subraya mirar el bien común, no el individual.
Por Genara Castillo. 22 enero, 2020.La palabra ‘común’ subraya que hacer política implica buscar el bien de todos. Y, el término ‘bien’ se resalta que no se trata de buscar cualquier cosa para todos, sino aquello que es bueno. Aun así, podemos seguir preguntándonos ¿qué es el bien común?
La voz autorizada de un líder indiscutido a nivel mundial, el papa Francisco lo detalla: “Ruego al Señor que nos dé más políticos que realmente se preocupen por la sociedad, por la gente, por la vida de los pobres; políticos que cuiden a los más débiles, a los hambrientos, a los desempleados, a las personas sin hogar, a los inmigrantes, a los pueblos indígenas, a los ancianos cada vez más solitarios y abandonados, a los niños aún en el vientre de las madres; a todos los explotados y a cuantos la sociedad del ‘descarte’, ha convertido en residuos”.
Por eso, en el artículo anterior decíamos que la dirección –también la política– debe centrarse en la persona humana en toda su integridad, para fomentar su desarrollo o crecimiento como personas, especialmente, de los más débiles: los niños, los enfermos, los ancianos, etc.
Es al servicio de las personas como se despliega la política. Si los políticos pierden de vista a las personas y su bien (considerado integralmente) corren el riesgo de equivocarse, de buscar solo sacar una tajada para su propia conveniencia, y será muy difícil que superen la tentación de manipulación o de mal uso del poder. A lo mucho, se quedarán en la gestión, perdiendo de vista que, a través de un proyecto de ley, de una fiscalización, etc., lo que hay que buscar es el mejoramiento de las personas en todas sus dimensiones, materiales y espirituales.
La política se denigra cuando se la ve como una componenda, como un negocio o inversión para sacar réditos o beneficios, propios o de un grupo, en contra de los demás.
Considerando que buscar el bien común no es fácil y que requiere de una serie de virtudes (hábitos operativos buenos) que no se improvisan, es muy importante tratar de conocer la trayectoria de un candidato tanto como el ideario o propuestas del partido al cual pertenece. Hay que ver qué propone y si va a poder ejercer la delicada y difícil labor que se le va a encomendar. Así como para cuando se contrata a una persona no lo hacemos porque nos cae bien, o para que no entre alguien que no nos gusta, sino que tratamos de ser objetivos, en la política hay que tratar de ser muy responsables con esa elección, porque tendrá consecuencias que serán muy importantes para el futuro del Perú y de los peruanos.